Todos los caminos llevan a Dublin...

Como os decía en el post anterior, el fin de semana suponía toda una sorpresa... que no se descubrió hasta las 17.00 de la tarde del viernes, cuando por teléfono me revelaban finalmente el destino de mi viaje: DUBLIN.
Aunque aún sigo sin creérmelo del todo, he de darle las gracias en primer lugar a Katreyuk , por haber hecho realidad este sueño, que ha sido para los dos el hecho de disfrutar de una ciudad preciosa, en la que el color tiene un papel protagonista, y donde es imposible sentirse incómodo. Tres días para exprimir al máximo la ciudad, descubriendo sus mejores rincones, los sitios más llamativos, y como no, llevando a la práctica algunas de las costumbres del lugar. Cuando algo te ha dejado una huella tan honda es dificil explicar lo que se siente, pero el hecho es que ha sido un fin de semana especial en el que la magia no ha faltado en ningún momento, y muchísimo menos la diversión.
Semáforos gigantes, puertas de colores, papeleras para "bruscar", Tréboles por todos lados, y sobretodo una ilusión enorme por disfrutar de cada momento al lado de él... claro que... a este chico no le parece bastante, y el domingo de vuelta me sorprende con otro regalo de cumpleaños, una televisión donde por fin veré todos los canales que quiera (sin tener que darle golpes XDDDDD), además de unos guantes y un jersey preciosos que me regaló en Dublin, así como la película italiana en DVD "Tre metri sopra il cielo" con el video de una de las canciones que más me gustan "Gabriel" de Lamb...
Sin embargo, y a pesar de que me han encantado todas las sorpresas y regalos, para mí el mejor regalo es que esta semana puedo disfrutar de él a diario en Talavera... despidiéndolo cada mañana en la estación, para ver como las agujas del reloj vuelan hasta las 21.00 que vuelvo a por él para volver a casa...